Estamos con las mejores intenciones y decididos a disfrutar este verano, sacudirnos un poco de los últimos acontecimientos tanto nacionales como internacionales. Esta época nos invita a caminar, realizar ejercicios, comer muchas frutas y comidas sanas con alto aporte de verduras, lo que nos ayuda a deshacernos de los “kilitos de más”.

Recordemos que los inicios de la obesidad y de las enfermedades crónicas, como la Diabetes, principalmente se manifiestan por un exceso en la ingesta de nutrientes altos en grasas y por una inexistencia del gasto de estos nutrientes. El ejercicio hoy en día es considerado como una herramienta fundamental en la prevención y recuperación de la salud.

Es común que muchas personas no realicen ejercicio debido a problemas de salud como Artrosis, Diabetes, Hipertensión Arterial, Accidente Vascular o edad avanzada, pero utilizando una terapia individualizada e indicada por especialistas, se pueden organizar actividades deportivas sin comprometer la salud del individuo y podría colaborar en la solución de un problema de base.

Para practicar algún deporte o realizar actividad física, nuestros pies deben estar preparados y sanos, dado la exigencia a que serán sometidos y con el objeto de evitar dolencias y lesiones. Previo al inicio de cualquier práctica, examine muy bien sus pies y si detecta alguna alteración en su piel y/o uñas, no dude en recurrir inmediatamente a un Técnico de Nivel Superior en Podología Clínica, quien aliviará sus dolencias y le permitirá realizar sus actividades deportivas o caminatas con mayor seguridad y tranquilidad.

Considere que los pies son nuestro soporte y en cada paso que damos absorben el movimiento y la fuerza equivalente a varias veces el peso corporal. Al estar “encerrados” están propensos a una mayor sudoración, roce y lesiones tales como ampollas, pie de atleta y esguinces, por lo tanto, es esencial la buena elección de calcetines y calzado.

Se recomienda el uso de calcetas o calcetines indicados para actividades deportivas que se ajusten de manera perfecta al pie y estén fabricados de fibras naturales como algodón, hilo y bambú. También se han incorporado fibras de cobre, material con efectos antimicrobianos. Importante es revisar la etiqueta para verificar que se encuentren certificados.

El otro factor que incide en dolencias y lesiones, es el calzado inadecuado, razón por la cual, debemos ser extremadamente cuidadosos y rigurosos en su elección. Existen en el mercado, múltiples marcas y materiales diseñados especialmente para cada práctica y que se adaptan perfectamente al pie. En este caso, se recomienda que para tener una buena estabilidad y soporte del cuerpo, el talón del pie debe quedar firme, elegir calzado de su número, no uno más grande o más pequeño, que provoque roce mayor y constante y, torceduras. Ajustar, abrochar o anudar bien los cordones del calzado, pero que no apriete o comprima el pie, dado que puede afectar la circulación sanguínea. También es importante no utilizar calzado gastado, ajeno o que no reúna los requisitos contemplados.

Al término de su práctica retire inmediatamente calzado y calcetas y ventile su calzado por lo menos por 24 horas antes de ser utilizado nuevamente, dado que, recordemos han absorbido la humedad y sudor. Si tenemos la posibilidad de estar en la playa, intentemos caminar por la arena, nos permitirá realizar ejercicio físico sin darnos cuenta y lo más importante nos brindará un tremendo bienestar mental y espiritual.

Patricia Olavarría Ochoa
Jefe de Carrera Técnico en Podología Clínica
Sede Rancagua

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