La odontología pediátrica u odontopediatría, es una disciplina de la odontología, que se ha venido desarrollando hace unos años atrás y que trae inmensos beneficios para la atención odontológica de niños. Ésta, sin duda, incorpora modalidades de atención enfocadas en la integración del niño y su adaptación a la atención. Debemos recibir y acoger a estas personitas ansiosas, inquietas y muchas veces temerosas, que se enfrentan por primera vez al odontólogoo que vienen con alguna experiencia anterior desagradable. Es esta instancia el momento fundamental para la futura atención dental, momento clave que queda grabado en la memoria de nuestros infantes.

Según estudios nacionales disponibles, a los 2 años de edad, la prevalencia de caries es de un 17,5%, porcentaje que aumenta a 49,6% a los 4 años y a 70,4% a los 6 años. Esta alta prevalencia de caries en población infantil nos hace patente la necesidad de enfocarnos en esta población susceptible y en sus estadios previos, de manera de prevenir estas enfermedades bucales y reducir los índices de caries y daño en la cavidad bucal.

Es por esto que lograr una adhesión a la “cultura preventiva odontológica” desde edades muy tempranas es un desafío actual y complejo y debemos contar con las herramientas adecuadas para ello. Debemos comenzar por difundir la importancia del cuidado de la salud bucal y la posibilidad de prevenir enfermedades bucales, por lo que nuestro público protagonista deben ser padres, educadores, cuidadores y nuestros niños. Si logramos su compromiso en esta tarea, podemos dar un avance hacia la atención clínica odontológica de los niños.

Una vez recibido el paciente, debemos incorporarlo en este proyecto de salud bucal, en forma paulatina, dentro de un completo período de adaptación a la atención. Será necesario entusiasmarlo, acompañarlo y comprenderlo. Como en todo proceso, habrán días complejos y otros que comenzarán a devolver o mantener la sonrisa de los pequeñitos. La paciencia, herramienta principal con la que debemos contar, debe estar presente en cada momento. Será nuestra compañera diaria.

Si aportamos a todo esto, mucho amor, confianza y persistencia, el resultado será positivo. Obtendremos un pacientito comprometido, orgulloso y feliz de sus logros y, lo más importante, deseoso de cuidar sus dientes y continuar visitando al dentista. Habremos sembrado la semilla de interés por cuidar sus dientes y, por lo tanto, de continuar en este proyecto de vida saludable durante toda su vida.

Gema Jure Olave
Dir. de Carreras Área Odontológica
Santo Tomás Rancagua

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