Hace pocos días se publicó el primer Atlas Mundial de la Obesidad Infantil realizado por la Federación Mundial de Obesidad, que predice que en Chile en el año 2030, más de 744 mil menores de 19 años serán obesos. A esto, sumamos los datos entregados por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que muestran que el 74% de la población adulta en Chile sufre sobrepeso u obesidad.

Por primera vez, Chile tiene una tasa de obesidad y sobrepeso más alta que Estados Unidos, que según los mismos datos de la OCDE se presenta con un 71% de la población adulta con obesidad, al igual que México, que se presenta con un 72,5%. Resultado que en la realidad no nos debe enorgullecer para nada.

Lamentablemente, podemos ver que estas cifras en cuanto a obesidad ya se vienen repitiendo hace algún tiempo en nuestro país, entonces es momento de preguntarse ¿Qué es lo que debemos hacer? o quizás la pregunta sería ¿Qué deberíamos dejar de hacer?

Estas alarmantes noticias han generado el anuncio de la creación en nuestro país de un consejo asesor para enfrentar “con urgencia” los altos índices de obesidad en el país. Es así como todos los primeros integrantes de este consejo – profesionales ligados a la salud y la nutrición – están llamados a encontrar respuestas y a aportar a la lucha contra estos indicadores

Muchas voces se han levantado ante tales anuncios y se habla desde distintos sectores que se debe comenzar rápidamente a mirar a otros países para poder replicar y adaptar políticas que lograron conseguir algunos cambios positivos ante esta “epidemia”. Esto respaldaría nuestro programa Elige Vivir Sano y la tercera etapa que hace unos meses entró en vigencia de la ley de alimentos y sus etiquetados.También se habla que es un problema social y que afecta principalmente a las clases más vulnerables y que por lo mismo se debe tratar desde un punto de vista multisectorial.

Es así como los indicadores y las cifras nos tocan muy negativamente, pero dan pie a que nos replanteemos el cómo estamos haciendo las cosas. Esto no sólo en cuanto a la alimentación, que se muestra como una de las principales causas de tan negativas cifras de obesidad, si no que hagamos un análisis multisectorial y multidisciplinar para tratar de aminorar el fatídico crecimiento de esta epidemia.

Y mientras esperamos respuestas de nuestros profesionales, es momento de hacernos cargos de este problema país como padres, hermanos, hijos, nietos, etc. Debemos llevar una vida más sana y más activa, disfrutando del aire libre y del movimiento. Quizás una de las mejores soluciones se base en el viejo dicho que dice: “No hay mejor manera de bajar de peso, que quemar lo que como”, es decir, comer proporcionalmente en relación con la cantidad de movimiento que realizo y la actividad física diaria.

 

Roberto Gonzalez Moreno
Director de Carreras Área de
Actividad Física y Deportes
CFT Santo Tomás Rancagua

Print Friendly