-Joaquín Rojas Poblete  sabía que debía generar recursos y, lejos de desanimarse, se animó a crear productos con madera.

Don Joaquín habla con entusiasmo de su emprendimiento, el que surgió cuando “Era el 15 de enero de 2015 y me dijeron que tenía un tumor en las parótidas…  solo sabía que tendría una licencia de 30 días y que debía obtener recursos. Me desahogué, luego respiré, pensé en mi familia, a la que no quería darle dolores y me puse a hacer unas carretitas de madera, que en un par de días vendí”, recuerda.

De ellas, obtuvo $40.000, los que convirtió en $199.000, a partir de los productos que fabricó y vendió. “Un amigo,  don Jorge Lizana, me prestó su camión y con un poco de miedo y de vergüenza,  acompañado por mi hijo, me instalé con mis artesanías en  la Carretera El Cobre”.

Primeros clientes y primeras ideas

Joaquín Rojas, recuerda claramente que no llevaba ni 20 minutos con su venta, cuando llegó su primer cliente. “se bajó con un amigo y me dijo ‘¿cuánto vale esto?’  ¿y esto? y agregaba es mío… Y yo,  pensaba que estaba jugando, cuando escucho que me dice: ‘sáqueme la cuenta’. Al subir los productos a su auto, sentí  que se iba un aparte de mí, porque yo había hecho esas artesanías”.

Junto con la compra, su primer cliente le hizo un importante encargo para la siguiente semana y como él dice “así me inicié”.

Él trabaja en su taller en la Villa Venecia de Requínoa y hasta allí llegó “una señora que  me trajo una silla de playa para reparar y se la reparé, ella  me dijo ‘saque la idea y haga sillas de playa’ y así lo hice: fui sacando ideas a partir de las propuestas de los clientes”, detalla Rojas Poblete.                                                   A ello sumó sus propias propuestas “necesidades que yo vi, como los porta maceteros, bancas que se transforman en mesa; silla que se transforma en tablas de planchar”, señala.

A seguir sin parar

“Seguí  luchando, compré mis herramientas, lo que  me costó mucho y hoy, las cuido muy bien, así como también agradezco a muchos familiares que me prestaron herramientas, al partir, porque yo no tenía”, relata feliz este artesano de la madera.

 Y hoy, con más de 5 años de experiencia y con su enfermedad controlada, señala que “con este emprendimiento he conocido gente muy linda, que estuvieron conmigo en el proceso de mi enfermedad,  gente que me compró un producto y hasta hoy, me llaman para saber cómo estoy”.

A los emprendedores, Joaquín Rojas Poblete les dice que “uno  es el poder, es el saber y la fuerza interior de cada persona la que da la energía, tal como a mí,  que salí adelante, adquirí mi camioncito, que es una herramienta de trabajo y no un lujo”. Asimismo, cada vez que puede renueva sus  herramientas y busca “cada tres meses tener un producto nuevo y le aviso a mis clientas, que me encargan que les cuente con una foto o un video de mi nueva creación”. “El que quiere salir adelante en la vida sale y el que no, no”, sentencia.

Pandemia y clientes fieles

“La pandemia nos afectó a todos, yo desde marzo que no salgo a vender, porque soy un paciente crónico y porque -por mi diagnóstico- debo cuidarme aún más”, detalla Rojas. Sin embargo, aclara que “los clientes no me han dejado solo y cuando tienen nuevas ideas me piden productos y yo se los hago”.

En cuanto se inició el desconfinamiento en Rancagua, sus clientes llegaron a retirar los encargos, que estaban en la bodega. Joaquín Rojas dice que “yo creo que esta confianza de los clientes tiene que ver con qué soy responsable y si doy una fecha, cumplo, pues cuesta mucho hacerse una buena propaganda y nada perder el prestigio”.

Hoy, 10 de sus porta botellas se irán a Puerto Montt con un señor que las compró para venderlas en su negocio.  Asimismo, tiene clientes en toda la Región de O’Higgins y también contactos en San Bernardo y Puente Alto y sus clientas de Chicureo.

Ante las dificultades

“Enfriar la cabeza,  no bajar los brazos, pensar que hoy no tengo nada y mañana puedo tener mucho; siempre aspirar a ser más, a crecer y  tener fe; yo nunca imaginé hacer este trabajo porque manejé trenes, manipulé explosivos, fui enrielador, pero aquí estoy de artesano”, resumen Joaquín Rojas, al preguntarle cómo enfrentar las dificultades.

Joaquín señala que es su jefe y su trabajador y cuenta que labora junto a un matrimonio de personas con discapacidad. “Igual que yo -precisa-  entonces, mejor entendemos cuáles son las necesidades y las dificultades a enfrentar”.

También invita a “ser solidario en esta pandemia, a ayudar a quien lo necesita, a ser más humanos”. Además recuerda que “para tener una empresa hay que hacer el triple de trabajo. Con fuerza, con sacrificio, con ganas el que quiere salir adelante lo va a hacer sí o sí”.

DATOS
Emprendimiento: Artesanía en madera y barriles.
Dirección: Villa Venecia Pasaje El Vaticano 903 Requínoa.
Teléfono: +56 9 54664927

Print Friendly