A finales del año 2012, un grupo de expertos definió el analfabetismo digital como “el nivel de desconocimiento de las nuevas tecnologías que impide que las personas puedan acceder a las posibilidades de interactuar con éstas, es decir, por una parte, navegar en la web, disfrutar de contenidos multimedia, socializar mediante las redes sociales, crear documentación, discriminar información relevante de la superflua, etcétera”.

En este periodo, este concepto estaba más bien orientado a las personas de la tercera edad, como también a los usuarios llamados “inmigrantes digitales”, quienes, en gran parte, se vieron en la obligación de avanzar junto con el incremento tecnológico. Por otra parte, la competencia laboral, hace referencia a los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios, para alcanzar el éxito en alguna actividad.

A medida que avanza la “nueva era”, conceptos que alguna vez fueron emergentes, ya son más triviales. Facebook, whatsapp, sistemas e-commerce, poco a poco se vuelven más habituales en la jerga popular, e incluso en el vocabulario laboral, pero… ¿realmente hemos aprendido a través del tiempo? ¿estamos preparados para enfrentar los nuevos desafíos que la era digital propone?

Aunque no lo crea, en el ámbito laboral poco a poco este tipo de cuestionamiento es mucho más frecuente de lo que piensa e incluso, en algún momento, puede llegar a afectar su calidad laboral. Nuevas promociones requieren de nuevas fortalezas y – si no estamos bien preparados – desaprovecharemos la oportunidad, despertando en algunos casos un sentimiento de frustración y apatía.

Supongamos que usted es una persona que se acaba de insertar en el mundo laboral y como primera actividad le solicitan redactar un documento X en Word. Rápidamente usted recuerda que esa aplicación la vio en algún momento y acepta tomar el desafío. No obstante, al tratar de comenzar con el proyecto, se da cuenta de que el aplicativo no es como lo recuerda y que muchas de las opciones han sido agrupadas en nuevos conceptos. Claramente, usted requiere de una nueva inducción o actualización de conocimientos.

Entonces, ¿cree que aún somos analfabetas digitales? En mi opinión, diría que la respuesta es sí. Si bien es cierto que hoy, a diferencia de hace una década atrás, existe mucha más información disponible para que el usuario logre mantenerse actualizado y en los hogares es mucho más accesible adquirir una computadora, no siempre aprovechamos bien estos recursos. En muchas ocasiones, no logramos entender realmente la importancia de lo que esto implica, dando por sentado que nuestros conocimientos actuales son suficientes para poder sobreponerse ante cualquier desafío, mirando incluso con soberbia el mundo digital y tecnológico.

Pero, no todo es caótico o apocalíptico. Recuerde siempre que el conocimiento se adquiere y la práctica hace al maestro. En la web puede navegar y encontrar una gran variedad de páginas que ayudan precisamente a fortalecer los aprendizajes ya adquiridos, como también descubrir nuevos. De esta manera, se puede asegurar que, en su próximo trabajo o proyecto, alcanzará el éxito que anda buscando.

Eliseo Piña M.
Docente de Ingeniería
en Informática
Santo Tomás Rancagua

 

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