El Gobierno Regional aprobó los recursos necesarios para aplicar el programa en los 15 jardines clásicos de la región.
Sentados en un semicírculo, vestidos con poleras blancas, short azules los niños y calzas del mismo color las niñas, usando sólo calcetines y atentos a las instrucciones que, con voz dulce, entregaba su instructora, así se dio inicio a una breve muestra de una clase de Yoga en el Jardín Capullito de Rancagua, lugar donde se desarrolló la ceremonia de cierre del programa que permitió que se impartieran clases de esta disciplina en 15 jardines de la región y que invitó tanto a párvulos como a educadoras y técnicos a aprender métodos de relajación, concentración y equilibrio.
El evento estuvo encabezado por la Directora Regional de JUNJI, Daniela Fariña, quien felicitó a los niños y comunidad educativa por la presentación, que da cuenta de un proceso que les dio la oportunidad a más de 800 personas para adquirir herramientas que faciliten la generación de ambientes propicios para aprender desde la emoción y, por lo tanto, generar aprendizajes significativos. “Verlos a todos concentrados haciendo los ejercicios es una maravilla, estoy segura que este tipo de proyectos beneficia el desarrollo de todos los involucrados, tanto de párvulos como de los adultos, permitiéndonos incorporar al yoga como una herramienta más para propiciar el desarrollo integral de nuestros niños”.
El proyecto contempló clases de 45 minutos, tres veces a la semana durante los últimos tres meses, lo que pudo ejecutarse gracias a que Gobierno Regional aprobó 9 millones y medio de pesos del 2% destinado a Cultura, Deportes y Seguridad Pública del Fondo Nacional de Desarrollo Regional para el desarrollo de este proyecto. “Buscaremos la posibilidad de que vuelvan a apoyarnos con los recursos necesarios para repetir la experiencia el próximo año, porque creo que es un aporte importantísimo para los párvulos”, aseguró la Directora de JUNJI O’Higgins.
Jennifer Ortiz es una de las instructoras de Yoga que participaron del programa. Tuvo a su cargo los talleres desarrollados en los Jardines Capullito, Cantaritos y Pulgarcitos. Respecto al proyecto afirmó que “fue todo un desafío, porque estuve con niños de 1 año y medio hasta 4 años y en grupos grandes, de 30 párvulos, así que tuvimos que dividirlos en grupos, porque lo ideal es trabajar con un máximo de 8, pero siento que resultó todo bien, los talleres fueron un verdadero éxito y me alegra, porque con el sobre diagnóstico de déficit atencional, a veces los niños sólo necesitan aprender a respirar, a sentir su respiración, a concentrarse y ya, no hay déficit atencional”.
El fomento de este tipo de iniciativas forma parte de los objetivos de JUNJI, eso es, entregar educación parvularia gratuita, de calidad e inclusiva, donde los niños encuentren un espacio grato para desarrollar sus aptitudes y capacidades, con proyectos educativos que los lleven a aprender a través del juego.
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