No podemos negarlo, a veces ayudamos demasiado a nuestros hijos. Cuando realizamos las tareas por ellos, no permitimos que se equivoquen. En este sentido, debemos tener en cuenta que el cometer errores es también una oportunidad de aprendizaje. En la edad preescolar e inicios de la educación básica, hay muchas situaciones cotidianas en las cuales debemos generar instancias de autonomía, la cual favorecerá la confianza en ellos mismos.
Nuestro rol en esta etapa es fundamental y se traduce en supervisarlo, apoyarlo, ser una guía en su exploración, sobre todo en las tareas escolares. Un ejemplo de ello es que cuando recortamos, escribimos, dibujamos,en vez de que lo hagan ellos, no permitimos que mejoren sus habilidades de motricidad. Hay aspectos básicos los cuales podemos fomentar desde pequeños:
- Dejar a veces que se vista, peine, ordene por sí mismo, hasta que lo logre en forma gradual. Permitir en ellos un rol activo en su autocuidado.
- Darles tareas de la casa acorde a su edad; en este sentido, se sugiere fijar metas pequeñas y alcanzables de acuerdo a su etapa de desarrollo.
- Felicitarlo por sus progresos, entregar un refuerzo positivo aumentará la motivación en sus avances.
- En relación a las actividades escolares, se insta a desarrollar hábitos que le permitan fijar horarios para estudiar. Esto provocará que a mayor edad realice esta actividad en forma autónoma. Incluye habilitar un espacio propio y libre de distracciones.
Estos tips requieren de mucha paciencia de nuestra parte, también debemos tener en claro que quizás la primera vez no lo hagan perfectamente, pero todo aprendizaje tiene en sí mismo algo trascendental, es que lo que aprendan hoy, lo más probable es que sea para toda la vida.
María José García Martínez
Directora del Centro de Aprendizaje
IP-CFT Santo Tomás Rancagua
Comments