Los estudiantes participaron del proyecto del Fondo del Libro “Literatura y Saberes Originarios”, financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Una muestra de diversas técnicas artísticas relacionadas con cuentos de las etnias chilenas, entre ellas stencil, monocopia, grabados, pintura corporal, máscaras y cestería fueron parte del resultado del proyecto “Literatura y Saberes Originarios”, iniciativa en la que participaron estudiantes de los establecimientos municipales Escuela La Isla Emma Escobar de Lagos de Rengo y Colegio Tunichede Graneros.
El proyecto,que fue financiado por un Fondo del Libro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, fue ejecutado por un equipo de mediadoras de lectura encabezado por Ilse Escobar, que trabajó directamente con los CRA de cada colegio y los estudiantes, con quienes compartieron una colección bibliográfica itinerante de literatura infantil, de libros álbum con títulos de autores e ilustradores chilenos cuya temática trata sobre etnias originarias.
La directora del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, Ximena Nogueira Serrano, explicó que la iniciativa contempló una serie de talleres, enfocados en cultivar en los estudiantes el placer por la lectura, procurando además desarrollar la comprensión lectora, reflexionar sobre el tema estudiado y posteriormente crear obras artísticas que ahora están expuestas junto a todo el trabajo colectivo en la Casa del Pilar de Esquina, en el Museo Regional de Rancagua.
Benjamín, estudiante del Colegio Tuniche, dijo estar contento con su participación en este proyecto y que siguió atento las instrucciones de la tallerista. “Lo que más me gustó fue cuando pintamos, especialmente cuando nos pintamos la cara con productos especiales y antes habíamos hecho dibujos. También hicimos máscaras y otras cosas divertidas con los pueblos originarios, con los mapuches”.
Ilse Escobar comentó que de forma un poco egoísta pero involuntaria pensaron que el proyecto era propio, sin embargo, con la experiencia se dieron cuenta que la iniciativa en realidad pertenecía a los niños que le dieron vida.
La bibliotecaria reconoció además el valor de la biblioteca como lugar de convocatoria para actividades culturales, donde se valora en terreno el libro como objeto preciado, así como también se valoran las actividades que ahí se realizan, como una experiencia de agrado.“Lo que más nos emocionó fue que estudiantes no lectores terminaron convirtiéndose en protagonistas”, concluyó.
La ceremonia de cierre de este proyecto del Fondo del Libro contó con la participación de Olguita Llanquileo, artista y exponente mapuche de Coínco, quien compartió con los presentes sus canciones.
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