Cientos de incendios afectan a nuestro país en estos momentos y lógicamente la atención de las autoridades y la prensa en general se han volcado a combatir, colaborar y ciertamente comentar con preocupación y algo de morbo, todo cuanto sucede alrededor de esta gran catástrofe. Párrafo aparte la Sociedad Civil, organizada que nuevamente ha estado a la altura de la circunstancia brindando apoyo real al drama que vive hoy el centro-sur de nuestro país, con aportes significativos para enfrentar esta catástrofe. Estas líneas no hablarán de aquello, espero que sobre los incendios y la reconstrucción se pueda hablar y trabajar hasta que todo vuelva a la normalidad, hasta que los campos se recuperen, los damnificados puedan habitar una vivienda con dignidad y ojalá, de haberlos, los responsables reciban el castigo adecuado en conformidad a la ley.
El 11 de Diciembre de 2016, en el marco de presuntos maltratos contra niños y adolescentes en un centro del SENAME de Pudahuel, surgió una nueva línea investigativa –conducida por la Unidad de Delitos de Alta Complejidad de la Fiscalía Occidente–. Se trataba de la existencia de, al menos, cuatro redes de explotación sexual comercial de menores, compuestas por 25 jóvenes cuyas edades oscilan entre los 13 y 17 años, que son internos o ex residentes de estos hogares.
Esto no es una novedad, pues durante el año 2012, el Ministerio de Justicia conformó comisiones para que inspeccionaran 48 hogares de la red de protección del Servicio Nacional de Menores, a lo largo de todo el país. El informe que emanó de aquel trabajo reveló con conclusiones lapidarias que el sistema de protección de menores estatal radicado en el Servicio Nacional de Menores es un total y rotundo fracaso, las carencias estructurales de este organismo no tienen que ver con el trabajo o voluntad de los funcionarios que en su mayoría se ven sobrepasados por las carencias y necesidades de miles de nuestros “niños olvidados”. Sino por la pésima gestión de sus autoridades, basado en el evidente clientelismo político ya que este servicio (al igual que tantos otros) esta “capturado” por los partidos políticos y sus operadores.
En mi frágil memoria no recuerdo otro nombre más que el del diputado René Saffirio confrontando de manera permanente al estado y su propio Gobierno por la muerte de 477, luego 610, y al final 1.313 niños que se encontraban bajo dependencia del SENAME, mi reconocimiento para él. Han debido ser agrupaciones locales formadas por personas preocupadas por el presente y futuro de nuestros niños las que en general han alzado la voz para poner en el tapete la increíble gravedad de esta situación, cuando se disipe el humo de los incendios forestales los niños se mantendrán invisibles al Estado y probablemente a algunos les encantaría que ellos desaparecieran junto a ese humo, no será así, solo seguirán olvidados.Ya existen decenas de diagnósticos y ni una sola idea de solución, que proponemos, con qué recursos:
Hoy se discuten en el Congreso Nacional las atribuciones y financiamiento de los nuevos Gobiernos Regionales en conjunto con la elección de los nuevos Gobernadores Regionales, el presupuesto del Gobierno Regional de nuestra Región del Libertador Bernardo O´Higgins es de aproximadamente 55 mil millones de pesos anuales, propongo dentro de las atribuciones y responsabilidades de los nuevos Gobiernos Regionales traspasar la administración de SENAME en cada una de las Regiones a ellos, incluyendo adicionar el presupuesto institucional asignado a ley de presupuesto destinado a cada región como partida especial con lo que se podrá mantener la estructura básica y dotación funcionaria del SENAME pero también redistribuir estos recursos y crear un fondo especial de a lo menos el 2% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional para la construcción de nuevos y mejores espacios, la contratación de nuevos funcionarios, la creación de nuevos programas, o la capacitación de los propios funcionarios o lo que cada Gobierno Regional estime pertinente para mejorar el sistema de protección de nuestro niños, es decir en el caso de nuestra región el SENAME Regional contaría anualmente con al menos mil millones para mejorar estructura destinada a sanar las heridas y entregar una mejor esperanza de futuro a nuestros niños.
Hagamos “visibles” a estos niños, que no se vayan con el humo una vez que el “incendio” ya no exista, estamos hablando de una emergencia permanente en que ellos viven día a día, sin contar con bomberos que apaguen las llamas en que se consumen sin ser rescatados, vamos en su ayuda. Frente a tanto caos, tanto desorden y falta de clasificación de las prioridades de tiene nuestro país, es necesario que no olvidemos a los más débiles, lo que se simplemente no tiene voz o lo que es peor, les hemos puesto una mordaza como sociedad y condenado a un futuro incierto.
Wladimir Román Miquel
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