Mucho antes que fuera aprobada la Ley de Inclusión, el Colegio Arturo Prat de Machalí ha trabajado abriendo sus puertas a la diversidad. Entre sus matriculados, hay niños que provienen de diferentes partes del mundo –  Canadá, México, Venezuela, Colombia, Perú, Brasil, Ecuador – y han encontrado en esta comunidad, un espacio que además de acogerlos, respeta su cultura y los considera tanto como al resto de los alumnos.

Un nuevo ejemplo de inclusión fue destacado por el Intendente Pablo Silva y el SEREMI de Educación, Hernán Castro. Se trata del Colegio Particular Subvencionado Arturo Prat de Machalí, ubicado en el sector centro de la comuna.

Si bien es cierto que el colegio cuenta con financiamiento compartido, ha congelado el copago durante los últimos años y de los 888 estudiantes que ahí estudian, 488 de ellos no cancelan mensualidad; ya sea por ser alumnos prioritarios o por ser becados por el establecimiento.

Ambas autoridades visitaron las dependencias del colegio, en donde se reunieron con el cuerpo directivo, docentes, apoderados y alumnos para comprobar en terreno que la Inclusión es parte de su proyecto educativo incluso antes de la aprobación de la ley.

El Intendente Regional, Pablo Silva, destacó que “Aquí hay un buen trabajo de parte del colegio. Hemos conversado con los niños, quienes están completamente comprometidos; tanto los que se han integrado, como los que son de la comunidad de Machalí y Rancagua, demostrando integración y enriquecimiento de experiencias chilenas y extranjeras. Como Gobierno, nos pone muy contentos que en este establecimiento se haga real lo que quiere la Presidenta de la República en cuanto al tema de la Inclusión”.

Por su parte, el Secretario Regional Ministerial de Educación, Hernán Castro Monardes, indicó: “Hemos venido al Colegio Arturo Prat de Machalí a conocer una experiencia bastante interesante y que no es nueva; sino que se viene desarrollando desde hace mucho tiempo, en donde hay un trabajo de Inclusión,  no sólo pensando en necesidades educativas especiales; sino también,  una de carácter cultural y social,  en donde tenemos un establecimiento educacional que está muy preocupado de las individualidades de los niños y eso es lo que queremos transmitir a través de la Ley de Inclusión:  que la Reforma abarca la totalidad del sistema escolar”.

El establecimiento cuenta con niveles desde pre básica hasta educación media y una de sus particularidades es la cantidad de alumnos inmigrantes que allí estudian. Maria Piedad Calabari es mamá de John Gil – ambos provenientes de Cali, Colombia –  y señaló: “Nos encanta este colegio, nos han acogido muy bien… no tengo palabras para expresar lo que es estar aquí. Mi hijo se siente muy bien aquí, muy acogido y a gusto”.

Otro caso es el de Sebastián Gómez, proveniente de la lejana Canadá, quien relata: “Llevo dos años acá y la experiencia en Chile ha sido muy buena gracias a este colegio. Acá me abrieron las puertas, ha sido gente maravillosa que me acogieron bien y me acostumbré muy fácilmente a estar acá. Creo que todos los colegios no son iguales y acá existe aceptación hacia los extranjeros, las personas somos todas iguales más allá del país que vengamos y eso, se valora mucho”.

Por su parte, Hugo Vergara, subdirector del establecimiento, explica que: “La inclusión la venimos trabajando desde hace 5 años aproximadamente, puesto que concebimos que teníamos que dar y a la vez, avanzar. Venían llegando muchos inmigrantes, había mucha solicitud de matrícula de niños con capacidades distintas y nos vimos en la necesidad de hacer este trabajo inclusivo y no por obligación, sino por convicción.  Para nosotros la Inclusión no es nada nuevo, creemos que es un derecho universal de cada individuo de nuestra sociedad. Las políticas educativas de nuestro país van produciendo cambios y se cierran algunos paradigmas, lo que hace que sea natural que se produzcan algunas incertidumbres con respecto a los cambios. Nos hemos dado cuenta que éstos han sido fascinantes, hemos descubierto un mundo nuevo, hemos interactuado con otras culturas y los estudiantes han tenido la posibilidad de conocer cómo funciona un país desarrollado; así como también de cómo han fracasado otros por malas políticas públicas”.

 

 

 

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