INIA, en conjunto con el Consorcio Biofrutales, se encuentra desarrollando un programa de mejoramiento genético de cerezos para obtener variedades de alto potencial comercial orientadas a la industria tradicional y para zonas de producción más tempranas.

Con la participación de viveristas, ejecutivos del Consorcio Biofrutales y CORFO, además de investigadores, productores y fitomejoradores, INIA Rayentué realizó, el jueves recién pasado, un Día de Campo en el que mostró resultados de investigación de dos programas que está desarrollando junto al Consorcio de Biofrutales y CORFO; uno de ellos es el Programa de Mejoramiento Genético  de  cerezos (PMG); y el otro es el PTEC de nogales, que es un paquete tecnológico de portainjertos para el mencionado frutal.

En el caso del PMG de cerezos, que tiene como objetivo principal  desarrollar nuevas variedades chilenas de cerezas, para distintas zonas del país,  el especialista de INIA Rayentué, Gamalier Lemus, dio a conocer dos selecciones intermedias (selección 19 y 21) de plantas, que se han obtenido a través de este programa, las cuales, según señalaron los investigadores de INIA, son bastante promisorias debido a que la calidad de su fruta ha mostrado altos estándares de comercialización, en cuanto a peso, tamaño, firmeza, precocidad, productividad y, además, ser de cosecha temprana.

Asimismo, se realizó un panel de degustación de esta fruta y otras selecciones con el fin de determinar  la aceptabilidad de futuras selecciones.

En cuanto al PTEC de nogales, proyecto que está desarrollando el INIA para conocer el comportamiento agronómico de nuevos portainjertos, la actividad estuvo enfocada en mostrar el huerto en el cual se estudia el comportamiento de dos variedades de nogal -Serr y Chandler- sobre cinco portainjertos clonales, originarios de los programas de mejoramiento californianos. Según explicaron los profesionales de INIA Rayentué, Jaime Otárola y Valeria Osorio, los portainjertos provienen de cruzamientos enfocados a incrementar la tolerancia a enfermedades como la Phytophthorasp, el virus de la incompatibilidad y el ataque de nematodos. En la misma línea, se dieron a conocer algunos resultados preliminares respecto del vigor de las plantas, la dinámica del crecimiento de raíces y el nivel de mortalidad de plantas, entre otros temas.Cabe señalar, que en la actualidad, se desconoce el comportamiento de estos portainjertos en Chile.

Terminada la actividad en el campo, Rodrigo Cruzat, gerente del Consorcio Biofrutales señaló que a la luz de los resultados, ambos proyectos están muy bien encaminados. Destacando que desde hace años trabajan con el INIA en distintos proyectos, “y para nosotros, indicó,es un socio estratégico en el área frutícola, tanto por sus profesionales, como por la distribución que tiene el INIA en el país.

En tanto, Paola Blazquez, ejecutiva de CORFO, también destacó la capacidad de los profesionales de INIA, lo que permite, dijo, realizar un trabajo como el que hemos visto hoy, para obtener buenos resultados en procesos que son largos como en este caso de mejoramiento genético en frutales,pero que para la industria esto es muy atractivo”.

 

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