El reciente informe parcial del Censo ha revelado una realidad que es necesaria considerar como una prioridad y que refiere al envejecimiento de la población, principalmente donde se sitúa a la región de O’Higgins entre las zonas con mayores índices en el país. Este dato, lejos de ser una simple estadística, debe ser un llamado de atención urgente para quienes tienen la responsabilidad de diseñar e implementar políticas públicas.

Las personas mayores son una parte esencial de nuestras comunidades, no solo por su historia y experiencia, sino porque siguen siendo actores activos en el desarrollo local. En las zonas rurales de O’Higgins, por ejemplo, son los mayores los que asumen desafíos como dirigentes sociales, agricultores y voluntarios quienes sostienen muchas de las redes de apoyo comunitario. Sin embargo, enfrentan barreras naturales y estructurales que dificultan su acceso a beneficios, atención de salud y espacios de participación social.

Ante esta realidad, los futuros candidatos a la Presidencia y al Congreso, especialmente aquellos que buscarán representar a nuestra región, deben asumir un compromiso claro con este sector de la población. No basta con discursos de buena voluntad; es necesario diseñar e implementar políticas públicas concretas con financiamiento asegurado.

Para esto debemos considerar lo siguiente:

  1. Salud Integral y Accesible: Se deben fortalecer los dispositivos de atención primaria con un enfoque gerontológico, incluyendo más especialistas en geriatría y gerontología en los consultorios y hospitales de la región. Asimismo, es crucial implementar programas de telemedicina para facilitar la atención en las zonas rurales.
  2. Transporte y Accesibilidad: La movilidad es un factor clave para la autonomía de las personas mayores. Es urgente mejorar los sistemas de transporte público con tarifas preferenciales, adaptar infraestructuras urbanas y rurales para la accesibilidad universal y garantizar el mantenimiento de caminos en sectores rurales.
  3. Vivienda Adecuada y Segura: Muchas personas mayores viven en viviendas no adaptadas a sus necesidades. Se requieren programas de mejoramiento de viviendas, subsidios para adaptaciones domiciliarias y el desarrollo de proyectos de viviendas comunitarias que fomenten la vida en comunidad y el acceso a cuidados.
  4. Participación y Desarrollo Social: Es imprescindible fortalecer los Consejos de Mayores como instancias vinculantes en la toma de decisiones públicas, apoyar con presupuesto a las organizaciones de personas mayores y generar espacios de capacitación en tecnología para disminuir la brecha digital.
  5. Protección Económica y Laboral: Se debe avanzar en mecanismos de seguridad económica para quienes siguen activos laboralmente, promoviendo incentivos para su contratación y asegurando pensiones dignas que les permitan una vejez sin precariedad.
  6. Comunidades Amigables y Recursos Municipales: Es fundamental que los municipios cuenten con financiamiento adecuado para implementar programas de envejecimiento activo y saludable. La creación de comunas amigables con las personas mayores debe ser un objetivo prioritario, asegurando espacios públicos accesibles, programas de integración y actividades intergeneracionales.
  7. Apoyo a Cuidadores de Personas Mayores: Un aspecto muchas veces invisibilizado es la situación de los cuidadores de personas mayores, quienes en gran cantidad también son adultos mayores. La sobrecarga física y emocional que enfrentan los deteriora y afecta su calidad de vida. Se deben establecer políticas de apoyo con programas de respiro, acceso a capacitaciones y reconocimiento formal de su labor.

El envejecimiento de la población no es un problema, sino una oportunidad para construir una sociedad más justa e inclusiva. Para ello, necesitamos voluntad política y un compromiso real de quienes aspiran a liderar el país y representar a O’Higgins en el Congreso. Las personas mayores no pueden seguir siendo una prioridad solo en los discursos de campaña; deben ser protagonistas de las políticas públicas del presente y del futuro.

Tamara Jofré Salinas,
Ex Directora Regional de SENAMA,
Estudios en gerontología social y
Derechos humanos en personas mayores

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