La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña. Empoderar a nuestras niñas es fundamental para que se garanticen los derechos humanos. Dar la batalla contra la violencia y la discriminación de género va de la mano con políticas de Estado robustas que aborden los temas que vulneran a nuestras niñas. Así se podrá avanzar como sociedad.

A menudo vemos en medios informativos, noticias donde la madre y su hija son vulneradas. Por el hecho de ser mujeres privadas de trabajo, educación, recreación, sometidas a la rudeza del hombre porque su cultura las determina.

La educación es un actor relevante. No es tan sólo “llenarse” de conocimientos, sino también de habilidades y destrezas que ayuden a desenvolverse de mejor manera, de modo que, si se encuentran con limitantes, que sean las mínimas. La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.

Es sumamente atendible que nuestros políticos escuchen las demandas solicitadas por la ciudadanía, que se ocupen de los problemas que aquejan a la sociedad, especialmente los de las niñas. No puedo dejar de mencionar el caso Ámbar y tantas otras que han sido vulneradas por sus progenitores y por el Estado. ¿¡Cuántos crímenes tendremos que presenciar para poder abordar las vulneraciones de derecho!? Es necesario avanzar en protección y en el desarrollo integral garantizado.

Ahora es cuando tenemos que propiciar el cambio cultural en nuestra sociedad, socio-educando a la población sobre los cambios sociales que siempre están presentes.

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