-Así fue la evolución de De La Margot el emprendimiento de Margot Pérez Padilla y su pareja Raúl Contreras Céspedes, que en la comuna de Graneros ofrece almuerzos y sandiwches para llevar y con Delivery.
Una mesa con chunchules, charquicán, mermelada de pimentón, jugo natural, churrascos y lomitos muestra en vivo la variada y sabrosa carta casera De La Margot, un emprendimiento que tiene sus orígenes en la cesantía de Margot Pérez y su pareja Raúl Contreras, en diciembre de 2019.
“Yo cuidaba unos niños y mi empleadora quedó sin trabajo, por lo tanto, no necesitaba mis servicios”, recuerda Margot en su casa de la Villa Camino El Alba de Graneros. A ello, se sumó el despido de Raúl que es maestro ceramista en la construcción.
Margot cuenta que al partir la pandemia en Chile, en marzo, ella decidió no salir. “Los primeros días de pandemia, cuando llegó el primer infectado al país, me encerré porque yo soy crónica respiratoria y me quedé en la casa”. Decisión que repensó y que incidió en la creación de su emprendimiento: “pasaban los días y me levantaba a sentarme en el sillón y cambié las cosas de la casa como tres veces de posición. Ahí fue cuando me puse a pensar ¿cuánto se va a demorar esto?… Cuando termine no me puede encontrar sin estar bien parada, con algo para mi hijo que sale de cuarto medio y entra a la Universidad y ahí empezamos con pequeñas cosas que han dado fruto”.
Así, fue como se le ocurrió comenzar a vender sopaipillas y “como era incómodo amasar en la mesa, le dije por qué no me haces una tabla de amasar. Me la hizo y le quedaron tan buenas que le propuse comenzar a venderlas por Facebook”. La idea dio frutos, a las tablas de amasar sumaron las de picar verduras y cortar carnes, recuerda Margot.
El empujoncito
Sin embargo, recuerda Margot, “no era suficiente, se seguían juntando los arriendos y las cuentas de luz y de agua y dijimos hay que hacer algo más y como a mí me encanta la comida y cocinar, nos embarcamos cuando una sobrina que me pidió le hiciera unos sandiwches, me dijo: ‘tía y por qué no los venden si son tan ricos, con mayonesa casera y pan amasado’ y le hicimos caso y partimos con 5 sandiwches y los vendimos todos”. Era marzo de 2020.
A los sandiwches se sumaron los chupes de guatita y jaiba, que hacían los domingos. “Nos empezaron a preguntar qué tendríamos el próximo domingo y ahí decidimos cocinar sábado y domingo, hasta que se nos acerca una pequeña empresa contratista y nos pregunta por las colaciones y que le interesaba que le entregáramos la colación a sus trabajadores porque era a precios módicos y comida casera. Yo cobro muy barato $2.500 a 3.500”, detalla Margot Pérez.
Como resume esta emprendedora “empezamos por ese compromiso a hacer almuerzo todos los días. Subimos el menú a Facebook y partimos con uno, luego 2 y entonces, los clientes pidieron vegetarianos porque un hijo no comía carne… y así llegamos a hoy, que tenemos entre 4 y 5 menús diarios. Dos económicos a $2.500 y el más caro a $3.500”.
En bicicleta y sin poder salir
Margot nos cuenta que hacen Delivery y reparten a todos los sectores de Graneros. “Muchos no despachan a La Compañía y la Higuera, por ejemplo, nosotros sí y sin cobrar extra por ello. Y Raúl lo hacía en bicicleta, sino teníamos auto. Ahora, con el 10%, compramos uno”.
A no tener auto se sumaron otras dificultades, como la llegada de la cuarentena, lo que implicaba que, por no estar formalizados, no podrían hacer sus entregas… “Nosotros no teníamos iniciación de actividades, yo estaba súper complicada hablando con las autoridades para ver qué haríamos los informales (hoy está formalizada) y hubo un alma caritativa del mismo rubro que nos ayudó y nos dijo yo voy a incluir a Raúl dentro de mis trabajadores, y así pudimos contar con un permiso para que él pudiera salir a repartir mis productos”.
Hoy están formalizados como servicio de alimentación, pero no olvidan que “sin la persona que nos tendió la mano, para que contáramos con un permiso, nos habríamos quedado con todo lo invertido para el Día del Padre y que ya teníamos encargado”.
Lo más difícil
Sobre lo más difícil de este emprendimiento, Margot señala que “yo creo que el trabajar con tu pareja, aprender a llevar esta nueva vida, porque Raúl trabajaba afuera y ahora estamos siempre juntos; además se cambiaron los roles porque él era el proveedor y ahora soy yo la que dirige el tema acá. Entonces, entender que un momento es de trabajo y otro es de familia, costó mucho. De hecho, estuvimos separados, pero a los dos o tres días una conversación y volvimos. Llegamos a ciertos acuerdo y retomamos”.
Hoy, Raúl, encontró trabajo, relata Margot, y “me apoya, pero en otras tareas como la compra de las verduras y los repartos de la tarde y yo trabajo con dos personas: la señora Gianina que me ayuda en la cocina, y Claudia, que me ayuda con los repartos del almuerzo”, explica.
Emprendedores y alianzas
Lo primero que le recomendaría Margot a una persona que quede cesante y deba emprender es “hay que buscar, yo creo que solo él que no quiere no puede, pero él que tiene las ganas puede conseguir sus metas”.
Asimismo, piensa que los emprendedores que han nacido en esta pandemia han “disminuido, creo yo, porque muchos han bajado los brazos, otros encontrarían pega, pero otros desertaron”. Ella sostiene que quienes permanecen tienen “perseverancia, tienen ganas de soñar, porque esto tiene que ver con tirarse animo entre los emprendedores, enviarse buenas vibras”.
También sostiene que “las alianzas son fundamentales, por ejemplo, yo le compro el pan amasado para mis sandiwches a la hermana de Raúl, que también es emprendedora, tengo un espacio de exposición de emprendedoras que son de Machalí, Rancagua y Graneros, donde muestran sus tés, sus dulces, sus bolsas del pan y yo se las vendo cuando viene un cliente mío a retirar su compra”. La única condición, dice Margot, para estar en su mesón de exposición, que ocupa un lugar destacado en la fonda que armó para el 18, es “ser mujer y emprendedora. Hoy hay muchas mamás que tienen que escoger entre reinventarse o dejar sus hijos solos para salir a trabajar. Entonces, tenemos que apoyarnos unas a otras”.
Despedida y futuro
Al terminar la entrevista, Margot Pérez, señala que para tener éxito como emprendedora hay que “sacar lo mejor de cada uno, yo conozco personas que jamás creyeron que iban a poder emprender y lo hicieron, eso es lo positivo que ha sacado esta pandemia y que la ha hecho más llevadera. Asimismo, trato de ser generosa y ayudo, por ejemplo, a las ollas comunes, yo digo la ganancia se reparte; de esto hay que sacar las cosas buenas, compartir”.
Por último precisa que “siempre busco reinventarme y como se vienen las Fiestas Patrias, armamos nuestra fonda y hay que tomar chicha y terremoto. Por eso, trajimos chicha y pipeño de Chillan y ya lo vendimos y ahora recibiremos un nuevo stock. Además, haremos terremoto y empanadas para entregar en Delivery”.
DATOS
Facebook: Margot Pérez.
Instagram: @de_la_margot
Teléfono: +56 9 36 33 94 37
Dirección: Villa Santa Rita de Casia 0607 Villa Camino El Alba, Graneros.
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