Regresemos a lo nuestro, decía el gran periodista Julio Martínez. Luego de cada derrota nacional, muchas en la década de los ’80, el profesional aparecía con cara de nada en pantalla de canal 13, para levantar la moral de los chilenos tristes y aburridos, en medio de una dictadura oscura y opresora.

Pues bien, el fútbol no muere ni se extingue señores, aunque muchos contraten maquinaria pesada para taparlo con tierra. Ni las negligencias,  ni la poca capacidad, ni el “choreo” a destajo, hará que este deporte detenga su andar en nuestra tierra. Hay que secarse las lágrimas y mirar el horizonte prístino y celeste. 

A propósito de ese color tan hermoso, con “perdón y sin olvido”, volvemos el domingo a San Fernando para enfrentar a la Unión Española. Sin olvido, porque los 6 que nos cominos con la “U” están en la retina y duelen aún en la guata. Sigo avergonzado por el desastre, que no prescribe por el paso del tiempo y solo se amortiguaría con un triunfo holgado y feliz.

Ya es hora de borrar las heridas que descuecen; es momento para recapacitar y eliminar el trago amargo de la cicuta, elixir del amor a la camiseta. Sin importar los dolores extremos, allí estaremos de nuevo para elevar la voz y empujar las voluntades hacia el triunfo.

Nada está perdido en la vida de quien cree en los sueños y construye su futuro sobre la base del trabajo sensato y responsable. En este reintento para ponerse de pie, deben estar todos juntos y unidos. Nadie sobra y todos son bienvenidos, porque O’Higgins es su gente y el respaldo contra viento y marea, aunque la corriente vaya en otra dirección.

No dejemos espacio a las quejas de tono negativo, podridas por agentes que contaminan el ambiente familiar en que siempre hemos vivido. Más allá de quienes tomen el control de “nuestro” negocio alquilado, ser “Celeste” se lleva en el alma hasta la muerte.

¿No vamos al mundial?, sí pero a muchos eso nos da lo mismo.

Manuel Polgatiz Cádiz
Periodista
Comentarista Deportivo

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