El programa, con 16 años desde su implementación, se ejecutará este año en cuatro comunas de la Región de O’Higgins llegando a 30 estudiantes.

“¿Mi edad? ¡Qué importa! Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que siento”

Con esta frase inició su discurso la voluntaria Angélica Saavedra, asesora del programa Voluntariado país de Mayores, que se inició hace pocos días en cuatro comunas de la Región de O’Higgins: Rancagua, Machalí, Pichidegua y San Vicente de Tagua-Tagua.

Son 30 los niños del programa Familia, Subsistema Seguridades y Oportunidades que recibirán en su casa cada semana a una profesora o profesor jubilado, el que les orientará en sus tareas escolares, poniendo a su disposición toda la experiencia acumulada por años y los conocimientos que los llevaron a educar a tantos niños.

Este programa se inició el año 2003 y se ha mantenido a la fecha, sumando en esta ocasión a la comuna de San Vicente de Tagua Tagua, con cuatro alumnos y dos asesores voluntarios. Se trata de una alianza entre el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS, y el Servicio Nacional del Adulto Mayor, SENAMA. Es esta última institución la que contacta a los adultos mayores y además aporta el financiamiento para las actividades que se organizan en torno al programa, mientras que FOSIS, en conjunto con las Unidades de Intervención Familiar de los municipios involucrados, elige a los niños que serán parte de la iniciativa. Todo, bajo un riguroso sistema basado en las bases metodológicas y técnicas dadas por el programa a nivel nacional.

En la práctica, los adultos mayores concurren voluntariamente cada semana a los domicilios de las familias, durante el año escolar y revisan sus tareas, los contenidos entregados en cada colegio y refuerzan aquellos aprendizajes y habilidades, de acuerdo al plan de estudio que se establece previamente.

Junto con esto, durante el año se generan capacitaciones para los voluntarios, así como un encuentro intergeneracional, en el que participan niños y adultos mayores, donde comparten ideas, sueños, experiencias y se produce un valioso acercamiento.

El objetivo principal del programa es promover la integración social y las relaciones intergeneracionales entre personas mayores y los niños, mientras que en lo específico busca promover el reconocimiento de la experiencia sociolaboral y autovaloración de las personas mayores que participan en el voluntariado y fortalecer las relaciones intergeneracionales entre los voluntarios y voluntarias  mayores y los niños participantes del programa, realizando -a lo menos- una jornada intergeneracional por región.

También, pretende mejorar los hábitos de estudio del 70% de los niños que participan en él. Y mantener o mejorar el desempeño escolar del 80% de los mismos, expresado en el promedio de notas, respecto del año anterior.

La ceremonia de inauguración del programa en su versión 2019 se realizó en el Auditórium Municipal de Rancagua, con la presencia de la Coordinadora Regional de SENAMA, Tamara Jofré; del Director Regional del FOSIS, Guido Carreño y del alcalde de Machalí, José Miguel Urrutia, todos quienes destacaron las bondades de esta iniciativa, su impacto en las familias involucradas y también en la vida de los adultos mayores que participan en él.

En ese sentido, el Director del FOSIS manifestó su intención de ampliar el programa a más comunas, para lo cual pretende, en conjunto con SENAMA, “hacer las gestiones necesarias y así encontrar la forma de que más niños y más voluntarios sean parte de un programa tan bonito y valioso como éste”, declaró.

La idea es que se siga cumpliendo lo que expresó la voluntaria rancagüina Angélica Saavedra: “en esta nueva etapa les pondremos alas a sus sueños para soñar en grande y así aportar con un granito de arena para avanzar en el camino del saber y de una vida mejor”.

“Nosotros los tutores -agregó- que ya dejamos de ejercer la docencia hace algunos años nos sentimos honrados de ser útiles a los niños y damos las gracias a SENAMA, al FOSIS y a los municipios por darnos esta oportunidad, pues los adultos mayores tenemos mucho que entregar a nuestra sociedad”.

Esta iniciativa ha sido un ejemplo de buenas prácticas producto de la articulación entre las instituciones para su implementación, el cumplimiento de objetivos y, principalmente, la satisfacción de los propios adultos mayores en este rol.

 

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