La actividad conjunta revisó los principales hitos históricos de la disciplina, su evolución en el país y los desafíos que enfrentan los trabajadores y trabajadoras sociales en el siglo XXI.

Con una alta participación de estudiantes y docentes del área de Ciencias Sociales, el Instituto Profesional Santo Tomás y el IP Chile celebraron juntos el Día del Asistente Social en Rancagua. La jornada contó con la exposición de Ignacio Meriño Montero, trabajador social, magíster en Psicología Social y actual presidente del Consejo Provincial Cachapoal del Colegio de Trabajadores Sociales de Chile.

Bajo el título “100 años de Trabajo Social en Chile y LATAM. Un siglo de historia, memorias y desafíos”, Meriño invitó a los asistentes convocados en el auditorio de Santo Tomás a realizar “un viaje en cuatro estaciones”, que incluiría una introducción, las trayectorias e hitos principales del Trabajo Social en Chile, conclusiones y una aproximación a los desafíos profesionales del siglo XXI. “Abordar 100 años es una tarea no menor, hablar de un siglo de historia en unos minutos es desafiante”, señaló al inicio.

El recorrido comenzó con la icónica primera fotografía de las visitadoras sociales de la Escuela de Servicio Social de la Junta Nacional de Beneficencia, punto de partida para comprender el rol social que estas profesionales desempeñaron desde inicios del siglo XX. Entre los hitos mencionados, destacó el origen del Día del Asistente Social en Chile, surgido a partir de una convención nacional que finalizó un 11 de noviembre de 1950, donde se discutieron las problemáticas sociales que atravesaba el país.

Un elemento simbólico que distingue a los y las asistentes sociales es su delantal gris. Meriño expuso dos teorías sobre su color: una vinculada a la influencia de las órdenes religiosas dedicadas a la caridad y otra que lo asocia a la modestia, seriedad y vocación de servicio.

Para la directora de carreras del área de Ciencias Sociales de Santo Tomás Rancagua, Esperanza Faúndez Escandor, la actividad permitió a los estudiantes comprender el valor de la memoria profesional. “Conocer la historia para no repetir los mismos errores”, expresó, destacando la importancia de este tipo de espacios formativos que fortalecen la identidad disciplinar.

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