
El deporte tiene un poder transformador indiscutible. Trasciende fronteras y une a las personas en torno a valores fundamentales como la excelencia, esfuerzo y el respeto, entre otros. Es por ello que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha establecido como su visión construir un mundo mejor a través del deporte. En un día tan significativo como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz – que se conmemora cada 6 de abril – es esencial reflexionar sobre el impacto positivo que la práctica deportiva puede tener en nuestras vidas y en la sociedad en general.
Uno de los principales beneficios del deporte es su influencia favorable en nuestra salud mental y bienestar emocional. Gran cantidad de estudios han demostrado que la actividad física regular promueve estados de ánimo positivos, reduce los niveles de estrés y ansiedad y mejora la autoestima y la confianza en uno mismo. Esto se debe, en parte, a la liberación de endorfinas y otros neurotransmisores que generan sensaciones placenteras.
Pero el deporte no sólo tiene un impacto individual, sino que también puede ser una herramienta poderosa para fomentar la inclusión social y la igualdad de género. Es crucial que se creen espacios deportivos seguros y accesibles para todas las personas, independientemente de su género, edad, habilidad física o condición socioeconómica. Lamentablemente, aún existen barreras y estereotipos que dificultan la participación de ciertas comunidades, especialmente de las mujeres y niñas.
En este sentido, la formación de profesionales capacitados en el ámbito deportivo – como los titulados de la carrera Técnico en Deportes de nuestra institución – es fundamental para promover una cultura deportiva que integre la perspectiva de género. Estos profesionales deben trabajar activamente para deconstruir las barreras existentes, desafiar los roles y expectativas tradicionales, brindar oportunidades equitativas y celebrar los logros de todas las personas en el deporte, independientemente de su género. Sólo así podremos aprovechar todo el potencial transformador que el deporte ofrece.
Además, el deporte puede ser un vehículo para promover valores fundamentales como el respeto, la cooperación y la solidaridad. En lugar de sólo fomentar la competencia y la comparación con otros, deberíamos adoptar el lema “compartir en vez de competir”. El verdadero espíritu del deporte no se trata de ganar o perder, sino de superar nuestros límites, trabajar en equipo y disfrutar del proceso. Celebraciones como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz nos brindan la oportunidad de reconocer los múltiples beneficios del deporte y reafirmar nuestro compromiso con la visión del COI de construir un mundo mejor a través de esta disciplina.
El deporte tiene el poder de inspirar, unir y transformar vidas, pero sólo podremos aprovechar todo su potencial si promovemos una cultura deportiva verdaderamente inclusiva, enriquecedora y transformadora para todas las personas, contando con profesionales capacitados que trabajen activamente en esta dirección.
Pedro Valenzuela Reyes
Jefe de la carrera Técnico en Deportes
CFT Santo Tomás Rancagua
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