Tras un complejo escenario post pandemia, las dinámicas comerciales cambiaron en todo el mundo y la región de O’Higgins no ha sido la excepción. Los pequeños comercios de los centros urbanos se han visto enfrentados al crecimiento de las ventas ‘on line’ y al cambio de costumbres de los clientes, en un mercado cada vez más competitivo, donde se priorizan otros núcleos comerciales, alejados de los tradicionales locales del centro de la ciudad.

Es así como se ha generado una segregación en la distribución de los espacios comerciales urbanos, frente a los grandes conglomerados. En este contexto, la asociatividad surge como la gran oportunidad de hacer frente a los nuevos desafíos. Es bajo este concepto que surge el “Fondo de Fortalecimiento de Barrios Comerciales FNDR 2024”, ejecutado por SERCOTEC, Región de O’Higgins.

Para nosotros como agencia de fomento, es fundamental que esta herramienta más allá de los recursos que pueda inyectar en los distintos territorios, genere un cambio de mentalidad en los locatarios, frente al desafío de dinamizar sus barrios.

Unirse en torno a un objetivo común no solo puede mejorar las ventas, sino también atraer a más clientes y revitalizar las áreas comerciales del centro de las ciudades. Pero ¿cómo lograrlo? Aquí es donde entran en juego conceptos como el urbanismo táctico, la gobernanza local y el compromiso activo de los comerciantes.

Sin duda es vital la planificación; con una coordinación que va desde lo público hacia lo público y también hacia lo privado. Sin embargo, el liderazgo para lograr este desarrollo debe ser encabezado por los propios locatarios, desde la lógica de la alianza y apoyado por instrumentos públicos.

SERCOTEC pavimenta el camino, pero existen muchos más actores involucrados: municipios, Gobierno Regional, MINVU, Delegación Presidencial Regional (por su rol de coordinación con las policías correspondientes y fiscalías).

El compromiso de los comerciantes con el trabajo en equipo es un pilar esencial. La asociatividad no se trata solo de compartir un espacio físico o de recibir subsidios del Estado, sino de construir relaciones sólidas basadas en la confianza y el apoyo mutuo. Cuando los locatarios se ven como parte de un mismo ecosistema, se sienten motivados a colaborar mutuamente para generar experiencias diferenciadoras para sus clientes.

A lo que invitamos, es a crear un sentido de comunidad, que rescate las identidades locales en pro de la calidad de vida de los barrios, generando un efecto dominó que beneficia a todo el entorno.

Lo importante no es únicamente poner a disposición recursos económicos, sino realizar un acompañamiento técnico, a través de una mirada estratégica que de sentido a la labor de los comerciantes y su impacto en los barrios. En definitiva, la dinamización de nuestros clásicos barrios comerciales depende de la capacidad que tienen los locatarios de movilizarse en conjunto para lograr una articulación con el sector público, logrando así consolidarse como actores claves de un espacio barrial vivo.

Leandro Carreño Vargas
Director Regional
SERCOTEC O’Higgins

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