“María Montessori fue una médico italiana que desarrolló un método científico de enseñanza basado en las etapas sensibles de aprendizaje de los niños, esto es, períodos en que los niños aprenden cosas por interés natural”.

Si lugar a dudas, una de las mayores preocupaciones de los padres, es escoger un colegio para sus hijos y, no es un tema menor, pues para ello se deben tener en consideración una serie de factores que varían de una familia a otra, dependiendo de los intereses de cada uno, de lo que esperan para el futuro de sus hijos y de las condiciones económicas con que cuenta cada familia. El factor común; todos quisieran darle la mejor educación a sus hijos.

En su gran mayoría los padres tienden a guiarse por las tradiciones familiares, los gustos personales y lo que es aún peor por sus propias frustraciones, pretendiendo que sus hijos sigan sus pasos o logren lo que ellos nunca lograron, sin importar los intereses, gustos o inclinaciones de los niños, lo que conlleva generalmente a insertarlos en un sistema educativo que es el de todos, pero que no siempre es el adecuado para todos.

Y las alternativas existen.

Para conocer un poco más de un método educativo diferente, conversamos con Carolina Jean Jofré Göede

Sostenedora del Jardín Infantil Pehuén y del colegio Ñikemn Montessori ubicado en Avda. Cachapoal #335 en Rancagua.

¿Como nace Ñikemn Montessori?

“Este colegio nació como un emprendimiento hace unos diez años, para que mucha gente que no tiene la posibilidad de pagar una educación con ésta metodología que es tan cara, pudiera tener acceso con nosotros que tenemos valores mucho más barato que en Santiago”.

Cuéntanos un poco en qué consiste esta metodología.

“María Montessori fue una médico italiana que desarrolló un método científico de enseñanza basado en las etapas sensibles de aprendizaje de los niños, esto es, períodos en que los niños aprenden cosas por interés natural, teóricamente, si un niño se encuentra emocional y espiritualmente bien va a aprender todo lo que su entorno le permita. Por ello, el método Montessori tiene una base espiritual muy importante, un niño que se siente feliz, amado, estimulado es un niño que aprende”.

“En lo concreto, cuando nosotros trabajamos en un aula Montessori, nos encontraremos con distintas áreas de aprendizaje, estantes con materiales que son autoconstruibles y atractivos a la vista y el tacto, existe un área de matemáticas, de lenguaje, de ciencias, de artes, un área de vida práctica y un espacio de estimulación sensorial”.

“Todos los materiales deben ser adecuados al área de desarrollo del niño por eso los salones se dividen por edades. En el preescolar, tenemos el salón 1 y salón 2, de 0 a 3 años y de 3 a 6 años respectivamente. En la escuela tenemos taller I con niños de 6 a 11 años, taller II de 12 a 15 años y taller III de 15 a 18 años”.

¿Qué capacidad de alumnos tienen?

“El método en sí establece una relación del espacio que existe con la cantidad de niños que puede tener un salón, en el caso de nuestro espacio podemos tener hasta 20 niños por salón”.

“En los países desarrollados se está trabajando en galpones grandes donde hay un gran número de niños por salón, ellos socializan con más personas de su   edad pero el aprendizaje es algo individual, teniendo el personal con la capacitación apropiada en Montessori se puede desarrollar con los niños que el espacio permita”.

“Los niños no tienen puestos designados, ellos buscan un lugar que les sea cómodo para trabajar, ya sea una mesa o una alfombra en el suelo y traen el material con el que quieren aprender; así, el desarrollo de la autonomía individual es un pilar fundamental en este método, como también lo es el trabajar libremente. Esta autonomía y libertad son consideradas por Maria Montessori valores fundamentales e inalienables del ser humano, por ello el respeto a la persona niño y adolescente tiene necesariamente que ver con la posibilidad que el niño tiene de desarrollarse según sus intereses y necesidades”.

¿Qué tal ha sido la acogida en la ciudad de Rancagua?

“Excelente, hay muchos niños que son medicados por el sistema por déficit atencional u otros diagnósticos que en realidad no tienen, la única solución para ellos es medicarlos para que puedan permanecer sentados y quietos ocho horas al día, olvidando las verdaderas necesidades del niño, sus intereses y motivaciones”.

Además, tenemos alumnos que pasan desde el mismo jardín Pehuén hacia el colegio Ñikemn, porque sus padres han podido ver los avances y progresos que sus hijos han tenido, el desarrollo sano, el crecimiento emocional y la socialización consciente que consiguen los niños en el método Montessori”.

“Esos mismos apoderados son los que cuentan su experiencia y así van llegando conocidos que quieren lo mismo para sus hijos y se van incorporando en la medida que les acomodan nuestros horarios y aranceles”.

“Por lo tanto, tenemos alumnos que vienen con nosotros desde pequeñitos, otros que van llegando porque sus padres han tomado consciencia de la necesidad de una educación saludable y algunos que llegan con necesidades educativas especiales y encuentran refugio en nuestros salones y método”.

¿Algún mensaje que quisieras agregar para la comunidad Rancagüina?

“El método Montessori es un método científico de educación que ha sido extensamente probado en diferentes lugares del mundo, parte de lo esencial que es el amor y el respeto, es cierto que existen muchos mitos al respecto, por eso hago un llamado a la comunidad a informarse, a conocer el método y buscar las mejores opciones para sus hijos. Hay muchos niños que hoy salen de las escuelas sin tener los conocimientos ni la formación que necesitan para la vida, hay niños que sufren crisis de pánico, niños que han pasado toda su vida medicados y aún así no saben qué quieren hacer con sus vidas. Mi mensaje es que busquen alternativas diferentes de educación, que escuchen a sus hijos y que crean en ellos”.

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