El día frío y gris, cargado de baja temperatura, invitaba a quedarse en casa, resguardado bajo frazadas de algodón y un café caliente como testigo del fútbol.
Para muchos ese panorama era el mejor en jornada de cuarentena, sin embargo, la fiesta del balonpie estuvo kilométricamente distante, más bien fue un trámite engorroso, pálido, plano y fome hasta el minuto 91.
O’Higgins el sábado se levantó amurrado, sin chispa, sin ganas ni deseos de triunfo. En su traslado al Teniente no tuvo esa osadía para dejar en casa los tres puntos.
Cumplió con un partido difícil caracterizado por la refriega y la lucha intensa en medio terreno, donde por largos pasajes, el visitante dominó y hasta injustamente no marcó en valla rancagüina.
Había que ganar para reservar pasajes internacionales pero el rendimiento solo alcanzó para un empate con sabor a triunfo, luego que Batalla se vistiera de súper héroe tras contener un penal muy mal lanzado por Rodrigo Holgado.
El cotejo fue tan táctico que ambos equipos terminaron aburriendo a los televidentes. Estoy seguro que más de alguno cambió el canal o se fue a prender la parrilla, que a esa hora parecía un acto más divertido y entretenido.
Restan dos fechas para el fin del campeonato y la fe mueve montañas pero con esa desidia los “Celestes” solo mirarán por el cable la fase 1 de Copa Sudamericana. Sé que el físico ya pasa la cuenta pero es el último impulso, el último esfuerzo que podría brindar alegría inconmesurable a los hinchas. Ahora al norte ¡con todo sino pa’ que!
Manuel Polgatiz Cádiz
Periodista
Candidato Concejal Rancagua 2021
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