-Julio Méndez, “El Maleta”, apuesta por escribir -cada jornada- la pizarra con el menú de su restaurante, una vez que regresa del mercado con productos frescos que transporta en bicicleta.

 “Nos dicen que somos un restorán, pero somos un comedor para servir y llevar”, señala Julio Méndez, propietario de El Comedor Popular de la calle Gamero, en Rancagua.

El lugar recibe cada día a los comensales que llegan para disfrutar de comida casera como, por ejemplo, almejas con mote. “Nos gusta que al degustar un plato, el comensal comente ‘esto lo hacía mi abuelita’ porque logramos llevarlo a un recuerdo personal, a través de la comida”.

A la comida casera, Julio Méndez, “El Maleta”, le agrega un compromiso con el cuidado del medioambiente y lo materializa en ir todos los días, en bicicleta al Mercado Modelo, donde se abastece con los productores locales de carnes y verduras.

Carta fresca

La carta del Comedor Popular se define cada mañana pues “no guardo productos, sino que cada día voy al mercado y regreso con los alimentos frescos que encuentro. Recién, entonces, elaboro la pizarra donde escribo que se cocinará ese día”.

El menú del restorán tampoco considera tener bebidas preparadas azucaradas, sino que “preparamos nuestras infusiones y nuestros tés”, detalla “El Maleta”.

Con esta mirada de compromiso asociativo con los productores locales y el querer apostar por una cocina de autor con sello casero, Julio Méndez aceptó gustoso la idea de ser parte de los tres restoranes que forman parte del Proyecto Fondart Trilogía a la Mesa, iniciativa cuyo objetivo es realizar turismo cultural, potenciando la zona y sus productores locales.

“Yo creo que siempre es importante estar en un proyecto así, para conocer desde lo histórico, lo gastronómico y lo antropológico la cocina y poder comenzar a hablar de la cocina chilena”, señala El Maleta.

Así, el Comedor Popular incorporó en su carta la quínoa de Paredones, el aceite de oliva de Lolol y el chacolí de Doñihue, elementos que son presentados a la mesa en utensilios elaborados en piedra de Pelequén, vidrio soplado de Las Cabras y greda de Marchigüe.

Julio Méndez y su Comedor Popular, han tenido un rotundo éxito durante muchos años pero, la crisis sanitaria llegó arrasándolo todo, tirando por tierra lo construido con esfuerzo, con perseverancia, con mucho corazón como solo los emprendedores saben hacerlo y ahí está “El Maleta”, como dice él, “con el comedor cerrado pero la cocina no..”, reinventándose, recurriendo al delivery, a la entrega para llevar, acomodándose a las restricciones, especialmente en el periodo de confinamiento obligado por la cuarentena, cocinando “con lo que hay”, resistiendo, con el corazón abierto, igual que su cocina.

Y que podemos encontrar en el Comedor Popular? “Desde que partimos tenemos un slogan que puede sonar bizarro o de humor negro y es ‘aquí se come malo pero sano’, eso quiere decir que nos atrevemos a mostrar por ejemplo; una crema de coliflor, el ceviche de cochayuyo, siempre estamos utilizando quinoa, las almejas con mote, entonces estamos tratando de rescatar las tradiciones y llevar al comensal a una parte importante de su historia personal y familiar”.

“El Maleta” señala que la asociatividad es importante, “esto no se hace solo, dependemos del proveedor, del artesano entre otros, pero además está la solidaridad que tenemos entre los comerciantes del rubro, eso siempre está, de pronto a alguno le falta un ramito de cilantro, un poco de aceite y saber que puedes contar con el vecino es muy bueno”, puntualiza Julio Méndez y regresa a su cocina.

Teléfono: 72-2756636
Dirección: Gamero 470 Rancagua
comerdorpopular470rancagua@gmail.com

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