-“Si quieres llegar donde la mayoría no llega necesitas hacer lo que la mayoría no hace”, sostiene María Isabel Escobar Pérez, creadora de este emprendimiento que ofrece productos del mar, preparados con recetas peruanas y españolas, acompañados de deliciosos sour de huesillo, eucaliptus y piñón, entre otros brebajes.

María Isabel dejó de trabajar en el área administrativa, donde estuvo 12 años, para dar vida a su primer emprendimiento, uno que desarrolló durante 9 años y que entregaba servicios a empresas e instituciones de educación superior, en diferentes ciudades.   “Yo quería hacer otras –recuerda María Isabel- y dije debo prepararme con cocina internacional”, y así lo hizo en Inacap. En paralelo,  tuvo su primer cliente en el tema de la organización de eventos: “fue una empresa inmobiliaria que me pidió un cóctel para la inauguración de sus oficinas de Machalí y Mostazal. Y resultó todo muy bien”.

Rápido avance

De la Inmobiliaria se fue a trabajar con la empresa  Nestlé, en su sede de Graneros. “Tenían que montar una feria los días miércoles y  me dijeron que si era capaz de hacer un evento en la calle… y lo hicimos muy bien. Trabajé con 8 personas”. De ahí, “se dieron el dato”, dice esta emprendedora, y la llamaron de las sedes de Nestlé en San Fernando y Teno.

Llegaron las Fiestas Patrias y de Navidad en las empresas, y ahí estuvo María Isabel Eventos, como bautizó a su Pyme. “Además, explica, se sumó Inacap, donde yo estudiaba, a quienes le entregué un cóctel y luego, coffee break para las capacitaciones que realizaban. También fueron mis clientes IP Chile, sedes Rancagua y Santiago, y el Instituto Santo Tomás”.

María Isabel, trabajadora y aplicada, decidió que “debía pulir mis conocimientos y tomé un curso de organización de eventos con Tomás Cox. Fue una muy buena decisión que me ayudó mucho porque además de los eventos en empresas recibí peticiones de servicios para eventos en domicilios particulares de los ejecutivos de las empresas”.

Todo iba bien…

María Isabel disfruta de la pintura y la decoración, así como la posibilidad de viajar y aprender en los lugares de visita, y fue así como el año 2015, tuvo la posibilidad de estar en Perú donde “pude visitar las cocinas de los hoteles en que me hospedaba y tomar clases en Estación 4 y Rosa Náutica que son dos importantes hoteles de Perú. Me capacité 3 semanas y aprendí los secretos del cebiche, la causa limeña y postres como el suspiro limeño, entre otras cosas”.

Luego, un matrimonio familiar la llevó a Benidorm, España, donde aprendió a preparar paella. Era el año 2018. Señala que “me sentí muy halagada de lo aprendido, pues al regresar preparé un cóctel por el aniversario para Nestlé Graneros, cuyo Gerente era de Alicante, y él me dijo: ‘María Isabel has traído mi tierra a Chile’. Era un logro que conseguí porque usé el jamón serrano, los huevitos de codorniz y preparé tapaditos y todo como lo hacen en España”.

Todo avanzaba viento en popa, recuerda María Isabel Escobar, pero “desde agosto de 2019 se notó una baja y con el estallido social las empresas resolvieron no hacer fiestas para sus trabajadores y entregarles esos recursos en bonos. A mí en septiembre, me avisaron que se suspendían las fiestas”. 

Estuve casi un año sin hacer nada y empezaron a aparecer las deudas… y dije ‘chuta tienes que moverte y hacer algo’, intenté y no conseguí ningún apoyo estatal al que postulé. Pero no me desanimé y seguí buscando una solución”, relata esta emprendedora.

Estudio de Mercado y amplia carta

“Alcancé a estar casi 12 meses sin pedidos y resolví hacer una especie de estudio de mercado y dije: aquí se están vendiendo empanadas, pizzas, sándwiches, en general comida rápida y chatarra, y a mí me gustaba una idea de comida más saludable y los mariscos y los pescados son saludables, entonces, opté por trabajar en esa línea”, cuenta. Así resolvió que su emprendimiento tendría comida peruana y española, aprovechando que se había capacitado.

Partió con tan solo $50.000 y sus ganas de trabajar y reinventarse. Sus primeros productos, en este nuevo emprendimiento, fueron ceviches, pero hoy, su carta se amplió e incluye: locos en salsa verde, causas limeñas, ostiones, chupes de loco, jardín de mariscos y pastel de jaibas, además de los postres de suspiro limeño y tiramisú y la tradicional y española: paella. Y como no todo es comida, los brebajes no están ausentes y María Isabel ofrece varios sour: de huesillo por septiembre; de eucaliptus y piñón, además de estar pronta a estrenar un sauer de rosa mosqueta. Y para quienes lo deseen, pueden probar su sangría valenciana.

Date un gusto

A su decisión de qué producto ofrecería, María Isabel agregó “pensar en el nombre porque es un producto para el que no todas las personas van a tener dinero siempre para comprarlo, pues estos son platos para  darse un gusto y regalonearse. Así, nació Date un Gusto: Mariscos & Tragos.

María Isabel partió el 12 de junio de 2020 con esta reinvesión “en plena pandemia y con la restricción de la cuarentena”, recuerda y por ello, “para entregar mis pedidos contraté los servicios de un taxi que hacía las entregas”. En cuanto, se terminó la cuarentena María Isabel inició sus repartos en el furgón que le quedó de su emprendimiento de organización de eventos.

Al evaluar estos tres meses en esta nueva aventura sostiene que “me ha ido bien, resultó mi apuesta, ha tenido muy buena acogida y muy buenos comentarios. Eso me pone contenta, porque amo lo que hago”, precisa.

Detalla, que solo atiende a la carta, y que pronto contará con una carta virtual, con código QR para recibir pedidos, tal como hoy los recibe por redes sociales y Whatsapp. Sus clientes son, principalmente, de las comunas de Machalí, Graneros, Codegua, Mostazal y Rancagua.

Sobre los horarios, atiende de jueves a domingo y reparte en dos tandas: desde las 14 horas los almuerzos y, entre las 19:30 y las 22:00 los pedidos de la noche.

Dificultades y consejos

María Isabel señala que lo más difícil en esta nueva etapa como emprendedora fue “estar en cuarentena, pues era muy complicado salir, y el poco capital con el que partí tan solo $50.000, pero lo logré, y hoy, lo que gano lo voy reinvirtiendo para seguir creciendo”.

A los emprendedores les sugiere que “no se repita el plato, que no sea lo mismo que están haciendo todos; además tienen que marcar la diferencia con la mejor atención, con un buen producto y con la calidad por sobre todas las cosas. Yo prefiero vender calidad que cantidad”, asevera.

Y agrega que “hay que ser perseverante, dar la mejor sonrisa y transmitir la mejor vibra porque eso también se refleja en el resultado del plato. Hay que cocinar con amor”.

Asimismo, señala que las redes sociales son el punto fuerte, que se suma al boca a boca. “Yo le digo a los emprendedores: sácales fotos a tus platos, has un pequeño vídeo de tu trabajo y súbelos a las redes sociales, los clientes quieren ver tu trabajo y qué le llevarán a su casa. La publicidad y el marketing son esenciales”, explica.

María Isabel invita a “no desanimarse, la cocina a mí me alegra, yo me concentro y disfruto”, así como también sueña y se proyecta: “hoy, yo trabajo en mi casa, y espero, prontamente, contar con un local donde vender mis productos y seguir con el Delivery”.  Además, ya está retomando el servicio de coctelería y eventos para particulares: “atiendo entre 20 y hasta 50 personas”. Entrega en el domicilio, pero sin servicio de atención, por la pandemia. Ya ha preparado, por ejemplo, cordero al palo para un bautizo.

Sobre Fiestas Patrias, “no trabajaré el 18 y 19, pero para el domingo 20 tendré cebiches y mariscal para reponerse”, señala.

DATOS

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