-A más de 20 años de su regreso a Cáhuil para hacerse cargo de las salinas que heredó de sus padres, esta productora tiene una Pyme consolidada con la que vende sal a todo Chile, además de a la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas y hoy, se encuentra afinando un proyecto de exportación del blanco mineral.

Elsa Pavez Pavez tiene 78 años y ha estado ligada a la sal de mar toda su vida: “Yo heredé las salinas de mis padres y solo me ausenté de este sector mientras estudiábamos, me casé, tuve cuatro hijos y trabajé, pero regresé a Cáhuil hace ya más de 20 años”.

Mientras trabajó en Santiago se desempeñó en el área de contabilidad lo que le sirvió para hacerse cargo de las salinas con las que hoy es una emprendedora que entrega 60 toneladas anuales de sal de mar a la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, Junaeb y vende, junto a su hija Ivonne, sal en supermercados de todo Chile.

Un camino de perseverancia

Si hay algo que define a Elsa Pavez es la perseverancia como ocurrió cuando el terremoto del año 2010 dañó severamente su casa de adobe, pero no impidió que Elsa Pavez, junto a su hija menor,  Claudia, vendieran sal de mar en el pasillo de la casa e incluso llevaran a Santiago si era necesario. “Siempre he manejado, lo que me sirvió mucho para ir a dejar los pedidos que salían en ese tiempo”, rememora.

Durante este período, además, asistió a todos los cursos que tuvo acceso, a través de SERCOTEC. “Me invitaban y no iba casi nadie, en ese tiempo, pero yo sí pensando que me servirían. Muchas veces partimos con mi hija Claudia a las 5 de la mañana para llegar a tiempo a Rancagua”, relata.

Y fueron esos cursos los que le ayudaron a dar vida a “Sal Gourmet Los Cisnes”, con la que creo sal con merkén, orégano, finas hierbas, pimienta negra y ajo. Su Pyme que fue premiada por CORFO el año 2014, destacando entre todas las pequeñas y medianas empresas de la Región de O’Higgins.

“Para mí -recuerda Elsa Pavez- fue una sorpresa porque yo no postulé, sino que me escogieron y me vinieron a avisar aquí mismo que tenía que ir a la premiación. Fue una tremenda y emocionante noticia, un reconocimiento que obtuve gracias a mi trabajo y que siempre he agradecido”.

Con el apoyo del Capital Semilla y del Capital Abeja, la productora de Cáhuil, construyó una sala de procesos para su sal gourmet, la que cuenta con Resolución Sanitaria desde junio de 2013.

Nuevo convenio

Trabajando con ahínco estaba Elsa cuando llegó la invitación de JUNAEB, a los salineros de Pichilemu y Paredones, para vender sal para la preparación de la alimentación escolar en los colegios de la zona.

Pero la tarea -recuerda Elsa y su hija Ivonne Gallardo- no era tan sencilla, pues debían yodar la sal, tal como lo establece la normativa vigente, que determinó que a la sal de mar, que se destina al consumo humano, se le debe agregar este ingrediente.

“Nos exigieron una sala de proceso con determinadas características para yodar y tuvimos que decidir entre vender formalizado o vender como todos los orilleros (personas que venden sal sin yodo a la orilla del camino)”, precisa Elsa Pavez. Así, agrega la productora, “resolvimos embarcarnos en este desafío y Dios me ayudó,  pedimos un préstamo para sacar adelante esta nueva etapa y valió la pena”.

Hoy, cosecha y vende su sal con un equipo que integran “11 personas, en forma permanente, con las que además de producir la sal gourmet, entregamos la sal de mar a Junaeb (60 toneladas anuales) y distribuimos, junto a mi hija Ivonne, a todo Chile”.

En su equipo además de Elsa e Ivonne están 2 salineros que cosechan la sal; 2 químicos que supervisan el yodado del blanco mineral; 2 diseñadores, 2 trabajadores permanentes para la sala de proceso, un contador y un community manager, para el manejo de las redes sociales.

Desde su experiencia en el mundo de la minería no metálica, ¿qué hace falta para que más mujeres se integren a la minería?

-Yo pienso que, en primer lugar, le tiene que gustar lo que hace o no lo va a hacer bien; a mí me gusta lo que hago; la idea de ir creciendo nace solo cuando uno disfruta lo que hace. La pasión por lo que se está haciendo te hace progresar.

Pero, precisa, hay que “hay hacer las cosas correctamente y con pensamiento sano, ayudando al prójimo. Todo formalizado, yo siempre di boletas y tuve contador. Hay que hacer las cosas bien desde el principio”.

También destaca los cursos SENCE que, gracias a la gestión de la SEREMI de Minería, recibieron para elaborar productos gourmet y cosméticos, en base a sal de mar.

“Las mujeres de Cáhuil, Barrancas y La Villa, ligadas a la sal de mar (esposas e hijas de salineros, así como dueñas de salinas) aprendieron a crear productos que les abrieron nuevas posibilidades y hoy venden sal gourmet y cosméticos como jabones, sales de baño y cremas, en base a sal de mar, generando ingresos para sus familias. Este tipo de apoyos son importantes para que más mujeres generen sus emprendimientos”, precisa Elsa Pavez.

El futuro

En un  futuro próximo, Elsa Pavez y su hija Ivonne Gallardo, esperan materializar un proyecto de exportación, que partiría con 10 toneladas de sal para llevar a Argentina. “Estamos negociando porque quieren comprarnos la materia prima y poner ellos su marca a la sal. Pero estamos conversando para que el 50% de nuestra sal tenga nuestra marca: Los Cisnes”.

 

 

 

 

 

 

Print Friendly