Profesionales de la Corporación del Libertador y el equipo del Núcleo de Biotecnología de Curauma recorrieron la región recogiendo descartes hortofrutícolas de diversos productores para luego analizarlos en laboratorio y estudiar cuáles son los componentes que se podrían rescatar para la generación de los primeros prototipos de alimentos funcionales de la región.

A principios de noviembre, el equipo de investigación del proyecto Transferencia Investigación Oportunidades de Negocios en Alimentos Funcionales realizó muestreos de descartes de diversas especies de frutas y hortalizas en la Región, visitando a pequeños y medianos agricultores, consiguiendo más de 10 muestras en comunas como Pichidegua, Rengo, Santa Cruz, Chimbarongo, Quinta de Tilcoco, Machalí y Placilla.

Tomates, zapallos, maíz, naranjas y cerezas fueron las variedades recogidas en este muestreo, el segundo realizado por el proyecto. Durante la primera recolección, realizada en septiembre, los profesionales habían apartado también cebollas, aceite de oliva y quínoa. El equipo de investigación sigue un protocolo de muestreo adaptado a las condiciones de este proyecto y de la zona, retirando 2 kilos de cada muestra.

El Estudio, ejecutado por la Corporación del Libertador y financiado a través del fondo de Innovación para la competitividad del Gobierno Regional de O’Higgins y su consejo Regional, que busca darle valor a compuestos que se encuentran en descartes frutícolas de la Región de O`Higgins, frutas u hortalizas que no son utilizadas y generalmente se transforman en desechos o son quemadas por los agricultores- está siendo desarrollado por un equipo multidisciplinario de la Corporación del Libertador, en conjunto con profesionales del NBC, centro perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Los productores de la región se han mostrado muy dispuestos a colaborar en el proceso de muestreo y expectantes ante las nuevas oportunidades que se presentarán con el análisis de sus cultivos “Todo lo que sea productos nuevos, cosas nuevas para la agricultura es bienvenido: que le indiquen a uno cómo puede dejar de perder sus frutos o su plata es muy bien recibido”, comentó Cristian Gaona, productor de la zona de Rengo que pierde 500 kilos de tomates al año, lo que se traduce en aproximadamente $1 millón de pesos.

Luego de recibir las muestras tomadas en la región, elequipo del NBC – en sus laboratorios- ejecuta estudios de análisis proximal (humedad, proteínas, lípidos, cenizas, hidratos de carbono y energía, fibra dietética total, entre otros) en busca de compuestos como: antioxidantes, betacarotenos, ácidos grasos, además de otros componentes.

 Los profesionales del proyecto ya se encuentran trabajando en realizar nuevos catastros de agricultores que estén dispuestos a colaborar con distintos productos hortofrutícolas para las próximas muestras.

 

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