
La iniciativa fue promovida por el programa de protección de Rancagua de la Asociación Cristiana de Jóvenes, organismo colaborador del SENAME O’Higgins.
A través del concurso “Contemos una historia en cuarentena”, niños que son atendidos en programas de protección a cargo de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ), colaborador del SENAME O’Higgins, mostraron su talento para la literatura expresando emociones y temores gestados durante este periodo de aislamiento preventivo.
El concurso fue divido en dos categorías: participantes de 8 a 10 años y de 11 a 13 años de edad, quienes entregaron sus trabajos literarios, gráficos y de temas libres, pero siempre en el contexto de la cuarentena. Las obras fueron evaluadas por el periodista, escritor y reconocido crítico de cine Ernesto Garratt.
Los ganadores agradecieron a sus familia por el apoyo, por motivarlos a participar y, sobre todo, por creer en sus capacidades, L.M.R.I., ganador de la categoría de 11 a 13 años, comentó que “nunca pensé que ganaría el concurso, me enojaba si no funcionaba, pero lo seguía intentado, estoy muy contento y gracias a mi familia”; mientras que Y.A.R.I. no pudo ocultar su alegría: “mi cuento está basado en mi muñeca Estrellita… estoy muy feliz”.
Por su parte, Carla Reyes, directora del programa de protección, explicó que “el confinamiento actual ha generado en nuestros niños un alto estrés que se traduce en síntomas de ansiedad, entre otros factores, por lo que decidimos crear actividades que puedan descomprimir ese estrés, propiciando espacios de actividades lúdicas y de interés para ellos”.
Respecto al certamen, el jurado invitado señaló que “es una súper buena iniciativa, es una honesta manera de abordar lo que piensan los niños vulnerados en cuanto a sus derechos. Siempre he creído que escribir, plantarse frente a una hoja en blanco y plasmar ahí una historia, en el fondo es hablar también de uno mismo y uno al interpretar esa historia, al meterse en ese relato, está entendiendo algo más de lo que pasa por la mente, por el corazón y el alma de ese autor o autora”, finalizó Ernesto Garratt.
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