Muchos de nosotros escuchamos a menudo la palabra “nube” o “computación en la nube”, pero sin conocer realmente lo que significa y su real impacto en nuestro entorno. El también llamado cloudcomputing corresponde a sistemas informáticos basados en internet que interactúan por medio de un navegador hacía centros de datos remotos donde gestionamos servicios y aplicaciones.
Este nuevo paradigma permite que los clientes (consumidores) y las empresas gestionen sus archivos y utilicen aplicaciones sin necesidad de instalarlas. Pero lo más valioso: modelos de trabajo en equipo, siendo su único requisito el estar conectado a internet.
No es necesario disponer de un equipo tan potente, debido a que el dispositivo del usuario no realiza ningún proceso complejo y los ficheros pueden guardarse en la nube. Los servidores en donde se alojan las aplicaciones son los encargados de las tareas complejas que antes se realizaban localmente.
Más que una moda
Hay que tener claro que la computación en la nube no es una moda, sino que un cambio en el paradigma. Ya no se adquieren aplicaciones para instalarlas, se transforman en un modelo de servicio donde se paga por lo que se utiliza o consume. Esto es una tendencia al alza en los últimos años, que se estima va a crecer un 40% en Latinoamérica en el año próximo, y no tendrá marcha atrás.
Muchas empresas han migrado (evolucionado) de sus antiguas soluciones a la nube, lo cual empuja con fuerza al resto, ya que éstas comparten sus experiencias positivas impulsando este modelo. Con esto, muchas empresas de menor envergadura que no contaban con alguna tecnología de información se ven influenciadas a formar parte de esta nueva forma de trabajar.
Debemos tener en cuenta que no tan sólo se aplica a los negocios, de igual manera afecta a clientes particulares y estudiantes. Consideremos que simplifica la administración, por ende, acerca a los usuarios finales sin conocimientos muy avanzados a conseguir dichos servicios, ya que no hay que vérselas con la adquisición de licencias, administración de máquinas o centros de datos, servidores o bases de datos, ya que sólo se usa internet para contar con estos servicios a demanda.
Los usuarios y/o clientes saben que las soluciones anteriores eran muchas veces costosas y también ineficientes, así que buscan sumarse o migrar a estas soluciones “en la nube”, que son más sencillas, eficientes e incluso hasta más baratas.
Aventúrense a trabajar sin anclas
¿Qué impulsa esta revolución tecnológica? Es la necesidad de desplazar a servidores en internet todas las aplicaciones y documentos que los usuarios utilizan diariamente para sus labores (estudios o negocios), con el objetivo de que éstos puedan disponer de dichos elementos en cualquier momento y cualquier lugar.
¿Nosotros hemos percibido estos cambios? Claro que sí. Algunos más que otros ya somos parte de los servicios en la nube. Un ejemplo muy sencillo: Correo electrónico. En la década de los 80’s, la masificación del correo electrónico fue cliente-servidor, donde cada terminal tenía instalado su aplicación cliente de correo, el cual desde hace algunos años es reemplazado por el navegador. Ya otros usuarios utilizan hace algún tiempo las “nubes” de almacenamiento, bastante comunes por estos días.
Otro ejemplo de aplicaciónen la nube sería la Ofimática (aplicación de la informática en la oficina) a través de Office 365 o G Suite. En cuanto a almacenamiento, podemos nombrar a OneDrive, Google Drive, DropBox, iCloud o Box. También tenemos Amazon Cloud/DriveoOracle Cloud (BD).
Para finalizar, listemos los beneficios de estas nuevas soluciones:
- Inversión – costos más reducidos: La computación en la nube reduce la inversión que una empresa debe realizar para la adquisición de software, infraestructura (hardware), personal IT, redes, etc.
- Móvil – acceso remoto: Usuarios pueden acceder y actualizar la información donde quiera que estén.
- Trabajo colaborativo: En mi opinión, una de las grandes ventajas es la posibilidad de trabajar de manera colaborativa. Se pueden crear grupos de trabajo, editando documentos en conjunto, publicándolos para equipos de trabajo y creando repositorios compartidos.
- Actualizaciones automáticas: No hay que preocuparse de instalar actualizaciones, tener personal dedicado y con conocimiento para ello, ya que son transparentes para el usuario.
- Continuidad en la operación: En caso de que la empresa sea víctima de un desastre (terremoto, incendios, etc.), ésta no sufrirá interrupción en sus servicios de aplicaciones ni tendrá pérdida de información.
- Escalabilidad: La organización puede crecer sin preocuparse por adquirir más infraestructura.
- Otros beneficios: Externalizar el soporte, aplicaciones para dispositivos móviles, etc.
Son muchos los beneficios de trabajar en la nube, aunque también existen desventajas, como la seguridad (vulnerabilidad de la información) y la dependencia de la conectividad a internet. Pero sin dudas, ésta es una tendencia dadas las buenas experiencias de sus usuarios, que lo hacen cada día una mejor opción.
Sergio Román
Docente del Área Informática
IP-CFT Santo Tomás Rancagua
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