
La temporada de conciertos navideños contó con la participación de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI) y el coro y orquesta del Liceo Bicentenario Óscar Castro de Rancagua, en dos jornadas junto a trabajadores, sus familias y vecinos de San Antonio, Doñihue, Olivar y Machalí.
El Teniente Club, en el campamento minero Sewell, en Codelco División El Teniente, albergó la temporada de conciertos navideños 2025 organizado por la minera de la región de O’Higgins, que este año contó con la especial participación de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI) y el coro y orquesta del Liceo Bicentenario Óscar Castro Zúñiga, de Rancagua.
Se trató de dos jornadas que llevaron a trabajadores, sus familias y vecinos de las comunas de San Antonio, Doñihue, Olivar y Machalí a disfrutar de estos eventos de forma gratuita, en la “Ciudad de las Escaleras”, para después realizar un recorrido por este Patrimonio de la Humanidad, ubicado en plena área de operaciones de la cuprífera.
En total, fueron más de 500 personas las que vibraron al ritmo de los villancicos y otras sinfonías, a más de 2.200 metros de altura, en el año que mina El Teniente conmemora 120 años de historia.
Joaquín Bernier, superintendente de las minas Norte y Sur, destacó el compromiso de El Teniente en ámbitos que van más allá de lo productivo: “Sewell no solo es un lugar de operaciones, es parte de la memoria de Chile y del mundo. Son 120 años de historia que nos recuerdan que somos más que la mina subterránea más grande del planeta”.
El supervisor de la Dirección de Desarrollo Comunitario, Francisco Allan, enfatizó que “estos son momentos muy especiales y este es un activo de Codelco que es importante que las personas conozcan, por su historia y lo que significa para la gran minería del cobre. Por eso abrimos estos espacios para trabajadores, sus familias y las comunidades”.
Música, cultura y patrimonio
Pablo Aranda Rojas, director ejecutivo de la FOJI y reciente ganador del Premio Presidente de la República a las Artes Musicales (2024), destacó la importancia de llevar la música a espacios con carga histórica.
“Quiero agradecer esta alianza que hemos conseguido. Una de las funciones de la FOJI es que nuestras orquestas se puedan presentar en distintos lugares, justamente para que la comunidad pueda acceder, a través de la música, a un espacio cultural diferente. Estamos muy contentos no solo por la acogida, sino por poder acceder a este lugar tan particular y hermoso”, sostuvo.
Leonardo Carvajal, director del capítulo regional de la FOJI, reflexionó sobre la conexión entre el entorno y el arte: “Es un honor estar en este lugar tan importante para el país. La música es un eco del pasado y queda plasmado en papel. Al igual que la música, también necesitamos un telón de fondo como este para interpretar nuestras obras”.
El director del Coro y Orquesta Sinfónica del Liceo Óscar Castro, Marcial Pino, complementó a sus colegas y agregó que “tocar a más de 2 mil metros de altura también es un hito y un honor para nosotros. Trajimos un medley especial que ensayamos para este evento, con el objeto de saludar a la familia minera con mucho cariño”.
Historia cargada de emociones
Los asistentes no escondieron su emoción al presenciar la impecable ejecución del coro, la orquesta y al recorrer el histórico campamento minero.
“Me sorprendió gratamente, me dejó lleno de ilusión y satisfacción inmensa ver a estos estudiantes del coro y la orquesta. Quedamos con el corazón llenito. Me parece bien que El Teniente abra estos espacios para que las personas conozcan más de la cultura que tenemos en Sewell”, afirmó Héctor Mondaca, de la comuna de Mostazal.
Para el mantenedor experto Claudio Campos, el concierto tuvo un cariz especial, ya que su hija Pilar es parte de la Orquesta del Liceo Óscar Castro: “Ver a mi hija tocar en la orquesta me llenó el pecho de orgullo, fue un momento muy grato y me parece fantástico que existan estos conciertos, porque es algo muy gratificante”.
Pilar, por su parte, indicó que “fue maravilloso poder tocar aquí, nunca había venido a Sewell y fue muy lindo que mi papá pudiera salir un ratito del turno para venir a verme tocar. Fue una experiencia maravillosa”.
También hubo quienes se emocionaron hasta las lágrimas, como Guillermo Yáñez, de Rancagua. “Una nieta mía participa en la orquesta y fue muy grato venirla a ver a este campamento, que me trae grandes recuerdos. Hace 60 años estuve aquí y tenía muchos deseos de volver. Estoy feliz, la emoción es muy grande, con recuerdos muy bonitos, mis padres vivieron acá y yo tenía la esperanza de regresar. Agradezco a Codelco por la gestión que hace”, relató.










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